Habemus moto

Al fin! Luego del huracán, las inundaciones y las tardanzas ayer me traje la moto a mi guarida. Fue un poco folclórico pues como no sabía prenderla, mucho menos manejarla, decidí recogerla en una van, digo, en mini-van o como dirían mis amigos campeones del mundo, una furgoneta. Por vergonzoso que fuera estaba decidido en tener ya por fin esa moto en casa, quitarle los plásticos de nueva, prenderla, averiguar que es lo que escondía debajo del asiento, probar el freno, claxon (pi-pi), ver de cerca los leds, el tablero digital, pisar la palanca de velocidades y ya cuando había curioseado al más, encenderla con ayuda de mi amigo Eulalio.

Fue raro, yo ya tenía un amigo que me enseñaría a andar en dos ruedas, pero justo para cuando me dicen que me la entregarán mi profe de moto salió de Torreón... ni hablar, plan emergente!

Así pues, le hablé a Eulalio (Lalín pa' los viejos amigos)le dije que le dijera a su hermano que yo digo que si me enseñaba a manejar moto. Acepto, peor a la mera hora llegó Eulalio solo y me dio el mínimo impulso que me faltaba para prenderla. Jaló de rechupete, es ligera y no muy grande, y dado que yo no soy muy grande es excelente.

Pude arrancarla, pero luego de algunos metros se me complicaron los cambios de velocidad, uno no puede pretender andar solo en primera a no más de 15Km/hr, no señor! Así que fuimos a cargar gasolina, y a ensayar los cambios, pero no hubo mucho progreso.

Por la noche me desperté como a las 2am, ya quería que amaneciera para poder subirme a la moto de nuevo. Asi que hoy me trepé otra vez y ensayé. Solo pudé andar leve por aquí por la colonia, lo más lejos que llegué fue a Peñoles, que no esta ni a 3Km. Luego que tenga el casco, tendré más seguridad y podré cruzar la ciudad, ajuuua.