Inicia un nuevo conteo regresivo en mi vida, el anterior fue corto y sorpresivo. Uno nunca sabe por donde lo lleva la vida; ya me veía estudiando ingeniería en Stuttgart, patinando sobre hielo en Wageningen, hablando no se que diablos en Aarhus y acabé estudiando locuras moleculares en EU. Ahora tengo la curiosidad de como es la vida en otro lugar; Torreón es cruento y asolado, adjetivos que no sugieren mucho al más optimista y asombrarían incluso a un nigeriano; aquí en Charleston la vida es demasiado ranchera, nunca sentiría que soy de aquí, aun y con varias décadas a cuestas, mi inglés quebrado y cultura me impedirían olvidarme que estoy de paso. Quiero estar en un lugar que me invite a quedarme, aunque no tenga la intención de hacerlo; busco unas vacaciones largas, una ciudad que me entretenga ocupado descubriendo detalles, un lugar que me de trabajo, alegría, diversión y ponga a mi difícil alcance metas.
Parece que Torreón tendrá que esperar.
En fin el conteo ha iniciado y solo tengo que recordar estudiar 1-2 horas diarias. Todavía no me inscribo al examen pero luego lo haré, lo primero es sentirme a gusto y confiado de hacer mi mejor esfuerzo. Todavía no sé si necesitaré ese puntaje o no, pero hay que estar preparados ante todo.